–¿Vos sos boluda, Magui?
Florchu hablaba así a veces. Con acentos conchetos y diminutivos peores.
–No entendés, tengo todo un plan. Rami no
sabe nada de que yo iba a venir. Si lo agarro de sorpresa me va a decir todo. Y
ahí lo mando a la mierda.
Magen estaba acelerada. Florchu lo veía. La
veía apretar los puños mientras miraba para todos lados inquieta.
–Eso no es amor, ¿sabés?
–Vos
porque sos re trola.
–¿Eh?
–Me chupa un huevo el amor. Lo que quiero
es mandarlo a la mierda.
Algo así o con esa forma había empezado la
noche, en la fiesta en la casa de un chabón amigo de otro chabón. El cielo
tenía una luna y estrellas y no un cetáceo gigante y las pibitas todas las
ganas de que esa noche fuera la última. O por lo menos Florchu.
–No te traigo más a estas cosas.
–Vos hacé la tuya. Yo quiero vendetta.
Florchu suspiró.
–Te ayudo con tu vendetta y después
tomamos algo, ¿okey?
–Okey, okey.
La casa era de un Toledo. Uno de varios.
Toledo se juntaba con los chicos de la plaza como lo hicieron por generaciones
todos sus hermanos, pero Magen pensó en que éste tenía algo especial: se cogía
a la puta de Michelle. A la zorra ésa.
–Está todo el mundo acá.
–Hay gente que no veo hace años –dijo
Magen, paseando la mirada como por un paisaje de fantasmas. Su visión solo
buscaba al único humano existente y que encima estaba por morir.
–No sé, vos los conocés a éstos. Yo nunca
me junté con los de la plaza.
–Tu vieja te salvó de eso.
–Sep.
–Igual estuvo bueno, qué sé yo.
Comprábamos fruta.
–Frula, Magui. Se dice frula
–No, no, fruta en serio.
–Bleh.
–Tu vieja es copada, pero te salva de
demasiadas cosas. Es eso.
–Vos también querés que te salven.
–Nah, vos sabés que no.
Cambio de luces y Florchu tenía un fernesito
en la mano.
–¿De dónde sacaste eso?
–Qué sé yo.
Más gente en las paredes y The Strokes en
los parlantes. A Magen le empezaban a doler las orejas, como cuando las cosas
estaban por pasar.
–No lo veo a Rami.
–Quizás no llegó. Mirá, por ese lado está
uno de los mellis... Genaro, creo.
–Entonces vamos por éste otro de acá.
–¿Vos no salías con ese pibe?
–Todavía no soy tan pelotuda.
Pero lo sería y por un rato estaría todo
bien.
Florchu por Ursula Fuschini |
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